En 1980 las familias del Penedès Carreras, Esteve, Masana y Parera emprendieron el camino para elaborar vinos y cavas creando la bodega Vins El Cep, en Sant Sadurní d’Anoia. Elaboradoras de caldos desde 1980, pusieron en común sus conocimientos para elaborar y comercializar vinos y cavas de terruño. La experiencia y unión de estas cuatro familias –el próximo año cumplen 40 años– han dado sus frutos.
Situados en un lugar privilegiado que he tenido la suerte de conocer a través de nuestro Wine Coinneseur, Zoltan Nagy, a caballo de Sant Sadurní d’Anoia, Gelida y Sant Llorenç d’Hortons, Vins El Cep ha sido un gran descubrimiento para mí. En un entorno precioso, idílico y escondido entre bosques, encuentras la bodega en la L’Alzinar. Muy coqueta y con un encanto irreprochable.
Minimalista y hasta con reminiscencias nórdicas (quizás por ello a los nórdicos les encanta), la bodega transmite mucho amor por lo que se hace, y mucha pasión por trabajar como siempre se hizo, cuidando el campo y todo el proceso de creación de los vinos y cavas.
Y a diferencia de otras empresas del sector, sus productos son más conocidos internacionalmente que en España. En países como EE.UU., Suecia, Ucrania, Reino Unido, Suiza, Japón son ejemplos donde Vins El Cep es conocido.
Exportan más del 80% de su producción. También a otros países como Canadá, México, Brasil, Bélgica, Holanda y Dinamarca. El 20% restante, distribuye en Catalunya y el resto de España a través de tiendas especializadas y en restaurantes de alta categoría.
“Desde su creación han tenido como objetivo priorizar el respeto por el medio ambiente, y así mismo elaborar cavas de la más alta calidad y singularidad.”
Vins El Cep le gusta innovar a la hora de hacer sus vinos y cavas, por tanto, no solo utiliza uvas como la Macabeo, Xarel.lo o Parellada, autóctonas del Penedés, también se atreve con Pinot Noir, Chardonnay o Tempranillo.
Porque se pueden hacer excelentes cavas utilizando variedades autóctonas junto con otras variedades que se han adaptado muy bien a nuestro territorio, y que pueden aportar otras características.
Los vinos tranquilos y espumosos muy gastronómicos para disfrutar de la mesa y la sobremesa. Y desde su creación han tenido como objetivo priorizar el respeto por el medio ambiente, y así mismo elaborar cavas de la más alta calidad y singularidad.
Desde 2003 empezaron a aplicar las técnicas de la agricultura biodinámica, seleccionando las viñas más idóneas de cepas viejos.
Están ubicadas en el Alt Penedès entre los 200 y 400 metros, las viñas de Vins El Cep disfrutan de temperaturas moderadas, propias del mediterráneo prelitoral, con inviernos suaves favorecidos por las cordilleras de Montserrat y Ordal. Así como veranos calurosos y secos, donde la oscilación térmica son suavizadas por la proximidad del mar. Con 200 hectáreas de viña en diferentes orientaciones y sobre un suelo mayoritariamente calcáreo-arcilloso, que permite obtener la máxima expresión, calidad y personalidad de las diferentes variedades de uva.
Entre sus marcas más importantes están Claror, el producto estrella (Cava de Paraje Calificado de «Can Prats», MIM Natura, Marquès de Gelida, L’Alzinar y GR5 Senders.
La Directora General de la bodega, Maite Esteve, es quien lidera con fuerza e intuición femenina esta magnífica realidad, un caso único donde 4 familias de viticultores, que tenían viñas desde 1448, amigas desde siempre iniciaron el proyecto hace 40 años. Y es de las pocas empresas del sector del cava, menos de un 20%, que están dirigidas por mujeres.
“Lo que me apasiona de Maite Esteve es que su visión se asemeja a la de Romero en todo.”
Cada vez más la mujer está avanzando en el mundo del vino, aportando entre otras cosas, sensibilidad y buen gusto, aunque todavía no es nada relevante su presencia en el sector. Y lo que veo que aporta una mujer al mando de una empresa de vinos es orden, constancia y profesionalidad. Además, las mujeres tienen más sensibilidad y valoran más las cualidades de los cavas. Por ello, en Vins El Cep, la imagen y la presentación del producto está muy bien cuidada. Eso se nota.
Lo que me apasiona de Maite Esteve es que su visión se asemeja a la de Romero en todo, no tiene miedo a nada, quiere proyectar el Penedés al mundo a través de sus vinos y cavas, y lo quiere hacer con los mejores productos posibles. La cantidad no es relevante y sí la calidad. Es un salmón en un río revuelto y nada unido, el Penedés, que, en mi opinión, necesitaría una misma luz un mismo objetivo, generar la marca única de Cava de máxima calidad y proyectar juntos más, ¡¡mucho más y mejor, mucho mejor!! Pero además tenemos la oportunidad inigualable del turismo, y el enoturismo, tampoco acaba de arrancar, también por falta de coordinación y confianza en que unidos podría ser una fuente de ingresos constante y considerable. Maite, siempre avanzándose a todos, ya tiene ideas que ayudarían a todos, pero como no hay el quorum necesario, será Romero que apostará con ella por atraer al turismo de más calidad y ávido de conocimiento, además de la figura que casi todos se olvidan, el residente internacional. Donde Romero, como líder del perfil internacional residente High End, canalizará en una serie de eventos en su propia bodega para el 2020.