Este sería un producto más de nuestro país sino fuera porque Patrick de la Cueva, Fundador de
De la Cueva Fine Food es también una persona que sabe valorar su entorno, antes de dar un paso hacia adelante. Para él es tan importante la calidad del producto como la humana de las personas que lo producen. Porque es imprescindible establecer relaciones sólidas con ellos, donde el amor y la pasión por lo que hacemos, lo priorizan todo.
Sus filetes de anchoa de la familia Engraulis encrasicolus, se pescan en primavera en la costa del mar Cantábrico, de la más conocida localidad española donde se elaboran las mejores anchoas del mundo,
Santoña. Envasadas en aceite de oliva, esta lata tiene 10 filetes de tamaño grande, muy limpios de espinas, de color marrón rojizo con un nivel de sal equilibrado y un retrogusto persistente y agradable. Y nunca son idénticas de un año a otro, aunque si mantienen el sabor y el salazón típico de Santoña. Con están conservadas en
Aceite de Oliva Virgen Extra, su maceración, las hacen mejores, como los buenos vinos si se dejan reposar más tiempo antes de su consumo.