Detrás de todos nuestros productos hay personas maravillosoas que tuvieron un sueño, y que lo han perseguido hasta poderlo hacer realidad. Quesos Oncala es una joya que encontrarás en nuestra Made in Spain Gourmet.
ADN Made in Spain Gourmet puro.
El padre de Alejandro Del Río fue pastor durante su vida, y gracias a ello, la transhumancia (trasladar las ovejas desde Soria hasta Extremadura para pasar el invierno de manera más cálida) y el amor por el campo que tuvo toda su infancia, su vida se centró en el campo.
Después de tener una explotación ganadera de éxito en Extremadura, tuvo la posibilidad familiar (se jubilaban unos familiares) de crear su propia quesería, en Oncala (Soria), de donde era su padre.
Y se lanzó, junto a su hermana Guadalupe, que es la Directora Comercial y de Marketing a por ello.
Sus quesos se elaboran a partir de leche cruda de oveja o de cabra, procedente de una granja de Segovia.
Aunque su principal producción es el queso Curado y el Reserva o Añejo, a partir de la leche cruda de oveja, también elabora otras variedades, que encontraréis en nuestra tienda gourmet, los baby, que son piezas de 600gr.
- El de trufa negra
- El de ajo negro
- El de boletus
- El de perretxico (hongo de Soria)
- El de cabra
- El sin lactosa
Sin olvidar las cremas de sus quesos artesanos de ovejas, desde el curado, ajo negro, trufa y boletus.
El trabajo de quesero se ha convertido en un oficio parecido al del sastre, auténticos especialistas que crean piezas maravillosas a medida, cada día.
Como son quesos elaborados a base de leche cruda, deben permanecer como mínimo dos meses en maduración. Fabricados artesanalmente siguiendo los métodos más tradicionales, y por supuesto, las manos humanas que les dan forma.
Llevamos juntos desde el principio de nuestra andadura como tienda gourmet de productos exclusivamente elaborados en España, y son ya parte de la familia.
Os los recomendamos todos, porque están muy bien hechos, de manera muy profesional y humana, y con una materia prima de la máxima calidad.
En el obrador se prepara la mezcla con la leche y el cuajo, que luego se dispone en los moldes para pasarlos por la prensa. De ahí al saladero, donde las piezas grandes permanecen 24 horas y las pequeñas, 16. A continuación, al secadero para después pasar a las cámaras de maduración. También dependiendo del tamaño estarán entre dos y seis meses.
Su secreto no es otro que la maduración de las piezas a más de 1.400 metros de altitud. Y como dice Alejandro:
«Y que no echamos ningún producto adicional».