Descripción
Vinyes Domènech elabora un vino 100% garnacha blanco, en el Priorat (en la Sierra de Llaberia, Tarragona), y es obtenido en tres parcelas con suelos muy diferentes entre ellos, que le aportan su complejidad.
Ficha técnica
Bodega: Vinyes Domenech
D.O.: Montsant
Añada: 2021
Variedad: 100% Garnacha Blanca de grano pequeño
Grado: 14,0% vol.
Nota de cata:
Se trata de un vino con un color amarillo limpio y brillante. En nariz, es un vino con una gran complejidad aromática que tiene notas de fruta y de flor blanca, al mismo tiempo que otras notas más cítricas de lima. Da paso después a unas notas balsámicas, con especias como el cardamomo o el jengibre. En boca es igual de fresco, se aprecian las notas de hierbas aromáticas. Un final con notas afrutadas y toques minerales.
Temperatura de servicio: 8ºC - 10ºC.
Viticultura: ecológica y certificada por el CCPAE y en Conversión.
Geología y suelo: tres parcelas de diferentes suelos le dan la complejidad y autenticidad al vino Rita: calcáreo pedregoso, licorera y panel blanco.
Elaboración: tras la vendimia manual, se dejan enfriar las uvas unos 2-4ºC. Una vez se han despalillado, el mosto obtenido reposa en las barricas de roble francés en las que este vino blanco macera y fermenta con levaduras salvajes. Es en estas barricas donde el vino reposa con sus lías durante cinco meses.
Maridaje: en Made in Spain Gourmet, lo recomendamos sobre todo, con pescados; pero también con algunas carnes blancas y los maravillosos quesos semicurados de oveja y veganos como el Veggie Karma, además del queso cremoso Alma de Calaveruela.
Vino Rita: un suave soplo mediterráneo en el Priorat
Vinyes Domènech es sinónimo de la dignidad de la viticultura ecológica certificada y biodinámica entre la sierra de Llaberia y el Montalt, una zona natural protegida con decoro, rodeada de montañas y frondosos bosques. Vinos honestos, prácticas sostenibles, en un edificio bioclimático y de arquitectura funcional, integrado al entorno que genera electricidad con energías renovables. Es una bodega sostenible y muy verde, que aprovecha hasta el agua de las lluvias, con un concepto integral para minimizar la degradación del paisaje al que veneran.
La familia Domènech, originaria de Falset, es propietaria desde el año 2002 de una de las viñas más antiguas de Capçanes, a 500 metros de altura. Con la magia de la artesanía, hacen vinos singulares y con espíritu que te trasladan al Mediterráneo. Una icónica 100% garnacha blanca de grano pequeño, variedad muy deseada por su frescura, su adaptación al territorio (se adapta bien a los suelos pobres y al calor) y su expresión frutal muy acentuada.
Tres parcelas de suelos muy diferentes le dan esta complejidad. 0’3 hectáreas de licorella, una de argilocalcárea muy pedregosa y media hectárea de panal blanco. Entrada de la uva a la cámara hasta bajar la temperatura a 2-4 grados. Derrapado y sangrado al cabo de pocas horas para empezar la fermentación alcohólica con levaduras salvajes y cinco meses en lías.
Es un vino donde se siente la brisa marina, literalmente. Un vino con la fuerte personalidad de las viñas viejas y la admiración de la persona que le da el nombre, la muejr de Joan Ignasi Domènech.
Una viticultura sostenible y auténtica
Por ello Domènech define su filosofía como “honesta, directa y natural”, porque “no modifica lo que la sabiduría de la tierra ofrece”. Y ahí radica su éxito, en “nadar a favor de la corriente y fluir con lo que la vid demanda”. Una forma de respetar la tierra y el entorno que colocan al paisaje como la esencia de sus vinos. Un compromiso y un estilo de vida marcado por el territorio, la cultura y la tradición mediante procesos sostenibles y prácticas verdes. Así es Vinyes Domenech.
Una viticultura comprometida
La dificultad de acceder a las parcelas por sus marcadas pendientes hace que la viticultura deba realizarse de forma manual. Desde 2008, Vinyes Domenech cuenta con la certificación CCPAE y aplican técnicas como el uso de cobertura vegetal o la eliminación de productos químicos, utilizando exclusivamente ferilizantes orgánicos.
Para Domènech, el entorno es clave para la elaboración de sus caldos. El clima forja el carácter de sus vinos. Están a escasos quilómetros del Mediterráneo, aunque la zona es muy seca, con mucho sol y grandes ráfagas de viento. Los aromas de las más de 70 plantas clasificadas que tienen repartidas por la viña y del sotobosque se trasladan a la uva y le dan unas características muy particulares. Sus Garnachas evolucionan de una forma muy singular ya que el ciclo vegetativo de la planta es más lento, los niveles de azúcar son distintos. Y todo es gracias a la tierra. Además, vinifican cada parcela por separado para obtener la máxima expresión de cada viña y buscamos las proporciones adecuadas para lograr el equilibrio que necesitan para sus vinos.
La complejidad del éxito
Cuando hablamos de calidad del vino, Domènech lo tiene claro: Para él, existen dos concepciones de calidad. Una es la del vino con alma que te transporta a una geografía y a un paraje concreto y otra, la del vino tecnológico que cumple con todos los requisitos organolépticos.
Y tal vez este es uno de los factores clave de Vinyes Domenech, que su sabor es tan particular que te traslada a un clima, a un terreno y a un lugar. Para él, el vino es como un persona, si lo observas… Te lo dice todo. No hay secretos en este negocio, se trata de escuchar a la naturaleza, hacerle las preguntas correctas y encontrar las respuestas mirando la tierra que uno trabaja.
Pero respetar la naturaleza al 100% tiene sus riesgos y da lugar a lo que Domènech llama “vinos meteorológicos”, aquellos que dependen de las condiciones climatológicas de la añada. Y aquí entran en juego las consecuencias del cambio climático: “El régimen y frecuencia de lluvias está cambiando, así como las medias de temperatura que están incrementando en algunos meses del año… Pero debemos tener en cuenta que el cambio natural existe, por lo que sería necesario dejar de ser tan hipócritas y tomar medidas reales. Desde la agricultura ecológica se están abriendo caminos, pero somos muy pocos los que realmente creemos en ello y las certificaciones son demasiado complicadas”.
La eterna discusión, la dificultad a la que se enfrentan muchos pequeños agricultores para certificar sus productos como ecológicos. Pero una vez lo logran, ¿deben venderlos más caros? “Los productos ‘eco’ no tienen por qué ser más caros, pero sí es cierto que tienen un valor más grande por el esfuerzo que implica elaborarlos. En la viña, si utilizara productos fitosanitarios tendría algunos trabajos hechos en un día, pero he decidido no hacerlo y la consecuencia es un periodo de trabajo más largo. El consumidor tiene que ser consciente de ello y veo que la gente joven sí lo tiene claro”.
Una empresa socialmente responsable
“Realizamos prácticas sostenibles, orgánicas y verdes en la viña, en la bodega, en nuestros vinos y en los servicios que ofrecemos”, asevera Domènech. Y ello les ha colocado como un referente premiado en varias ocasiones y les ha permitido ser la primera bodega de la Denominación de Origen Montsant con certificado de emisiones de gases de efecto invernadero en cada una de sus botellas.
Su bodega, un edificio bioclimático de arquitectura funcional, se integra en el entorno y genera electricidad con energías renovables al 90%, aprovechando el agua de la lluvia y recuperando fuentes naturales. Esto responde a una apuesta por el ‘GreenCeller’, un concepto integral que incluye viña ecológica, arquitectura bioclimática y tecnologías verdes que ayudan a minimizar la degradación del paisaje, la fauna y la flora.