Francia, un país maravilloso lleno de atractivos turísticos y culturales por doquier. Y una gastronomía sensacional, variada y que a nosotros nos encanta. No obstante, a los franceses también les gusta muchísimo nuestra gastronomía, y hoy compartiremos con vosotros qué les gusta y qué nos piden nuestros vecinos galos.

 

En primer lugar, lo que me gusta compartir es que no somos de competir contra ningún país ni ninguna gastronomía. En el arte y la cultura no se compite, se comparte. Así pues, después de este importante punto de partida, os explicamos qué les gusta a los franceses en Made in Spain Gourmet.

El Jamón 100% raza: todo un descubrimiento

Nuestro buque insignia se ha revelado como un auténtico descubrimiento en Francia. Y no porque nuestro jamón no se conociese antes en el país vecino, sino porque durante muchos años se desarrolló allí el “low cost ibérico”: el ibérico 50% raza ibérica y 50% raza duroc. Un producto excelente, sí, pero no el verdadero “etiqueta negra”. La palabra ibérico en el nombre confundía más que aclaraba. La diferencia de precio es considerable, pero la de calidad lo es aún más. ¿Venderíamos un Dom Pérignon a precio de un Crémant? Pues eso mismo sucedía.

Hoy, cada vez más clientes franceses nos escriben por WhatsApp, email o teléfono para preguntar por las diferencias entre etiqueta negra (100% ibérico) y etiqueta roja (50%). Y la respuesta es clara: en el primero no hay cruce, la pureza de la raza y la alimentación en montanera a base de bellota lo cambian todo. Más omega 3, 6 y 9, más complejidad, más sabor. Y sí, más caro, pero bien vale la pena.

Entre las preferencias destacan Beher (normal y ecológico) y Maldonado, seguidos de Señorio de Montanera y Domecq. En cuanto a formatos, prefieren el loncheado por encima del deshuesado o la pata entera. Y siempre el jamón antes que la paleta.

Entre los embutidos, el chorizo y el lomo arrasan por el pimentón, un sabor muy poco común en Francia. Y el salchichón ibérico se convierte en vicio: distinto al cerdo duroc y difícil de dejar de comer. El consumidor francés sabe lo que quiere, se informa, compara y exige. Y eso nos encanta.

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El aceite de oliva virgen extra: ecológico y no ecológico

Si en el ibérico aún falta formación, en el AOVE los franceses demuestran ser auténticos expertos. Saben lo que buscan: un aceite que nunca falle. Diferencian entre el arbequino afrutado y el picual potente, y reconocen matices de variedades que muchos españoles desconocen. No en vano, en el país de la mantequilla, la cultura del aceite ha crecido con fuerza.

Los más vendidos son Lagar del Soto (ecológico), seguido de Isbilya y Castillo de Canena biodinámico. En formatos, triunfa la lata de 5L y la botella de 500ml. Y muchos lo dicen abiertamente: la variedad y calidad del aceite español supera a la italiana.

Los quesos: oveja curada y manchego, la gran pasión

El queso manchego es un trésor español muy apreciado. Su textura y, sobre todo, sus curaciones conquistan a los franceses, que lo integran en sus tablas junto a vinos… franceses, claro. Probar desde los 3 meses hasta los 24 meses de curación es para ellos un viaje gastronómico fascinante. Vive la Mancha.

Los favoritos: Ojos del Guadiana, La Casota y Quesería 1605.

Las mieles: un tesoro que se valora

En Francia la miel se respeta casi como un vino o un queso. La diversidad floral de España —romero, tomillo, azahar, castaño, eucalipto, brezo— es un festín de sabores que en Francia no siempre encuentran. La apicultura española mantiene ese carácter artesanal y auténtico que encaja con su idea de terroir.

La miel se usa en Francia no solo para endulzar, sino en quesos, foie gras y repostería. La marca Alemany 1879 es muy valorada, con especial demanda de romero, tomillo, flores y própolis.

 

Cómo son nuestros clientes Made in Spain Gourmet en Francia

Conservas de pescado y marisco: las anchoas son las reinas

En Francia las conservas ya forman parte de su cultura, pero las españolas aportan un plus: la calidad de la materia prima atlántica y cantábrica, el saber hacer gallego, la variedad de preparaciones (escabeches, aceites de oliva virgen extra, salsas). Son más que conservas, son experiencias gourmet listas para abrir.

Las anchoas (Casa Santoña, Revilla, Agromar) lideran el podio, pero la ventresca de atún, el bonito, el atún rojo Balfegó y las conservas de Tarifa también triunfan. Entre los mariscos, arrasan el centollo y buey de mar de La Mar de Tazones, y las angulas y oricios de Agromar: auténticas joyas gastronómicas.

Sal de Ibiza: una marca que enamora

Sal de Ibiza es algo más que sal. En Francia la isla evoca pureza, sol y naturaleza. El diseño turquesa minimalista se percibe como chic y aspiracional. Sus sales naturales, con flores, hierbas o chile, son vistas como un pedacito del Mediterráneo en la mesa.

Y las patatas chips son todo un fenómeno. Cortadas gruesas, fritas en aceite de girasol y sazonadas con sal marina natural, encajan a la perfección en la cultura francesa del apéritif dinatoire. Se disfrutan con champagne, cócteles o simplemente para elevar un momento casual. Para ellos, es llevar a casa un trozo de verano ibicenco.

Vermut Lustau y sus vinos generosos para el Foie gras

Ahí hay una pareja que a los franceses les suena como música: El Foie gras pide contraste: su untuosidad y grasa necesitan acidez, amargor sutil o dulzor elegante que limpien el paladar. El vermut de Lustau, con su complejidad de hierbas y el toque de Jerez, cumple esa función a la perfección.

Vinos generosos de Jerez: un Amontillado o un Oloroso tienen la estructura, la salinidad y las notas de frutos secos que elevan el foie a otro nivel. Para los franceses es una sorpresa cercana: no un Sauternes, sino algo igualmente noble y con más carácter.

En Francia el Jerez siempre tuvo fama de vino de connaisseurs. Servir foie con Lustau es mostrar cultura gastronómica, no solo repetir la fórmula clásica.

Lustau como garantía: es una bodega con nombre sólido, que representa autenticidad y excelencia en los vinos de Jerez, algo que da confianza inmediata al mercado gourmet francés.

Es un maridaje que combina placer sensorial, diferencia y prestigio.

Conclusión

El cliente francés de Made in Spain Gourmet es culto, exigente y curioso. No busca lo barato, sino lo auténtico. Lee, pregunta, compara y sabe valorar la excelencia. Ama descubrir productos que enriquecen su mesa sin renunciar a sus tradiciones. Para nosotros, trabajar con ellos es un privilegio: nos obligan a dar lo mejor de nuestra gastronomía y, al mismo tiempo, nos recuerdan que compartir es mucho más enriquecedor que competir.

 

Israel Romero, CEO de Made in Spain Gourmet

 

AUTOR: Israel Romero, CEO de Made in Spain Gourmet.