Si hay un producto que les vuelve locos, ese es el
queso manchego artesano. Y no hablamos de cualquier manchego, sino del auténtico: elaborado con
leche cruda de oveja manchega, curado con paciencia y tratado con mimo desde la finca hasta la mesa.
En los países nórdicos, donde los quesos curados no son tan comunes como los blandos o semicurados, el manchego representa una e
xplosión de sabor y textura, con una personalidad que lo hace destacar en cualquier tabla de quesos.
Se valora especialmente su:
– Sabor intenso pero equilibrado
– Origen protegido (D.O.P.)
– Versatilidad en cocina y maridaje
– Producción artesanal, sostenible y respetuosa con el animal
Lo utilizan tanto en platos creativos como en su forma más pura: cortado fino, con unas gotas de aceite o acompañado de frutas y nueces. Es sinónimo de
lujo accesible y sabor verdadero.