Los productos Made in Spain Gourmet que gustan en Alemania

Alemania y España tienen un romance gastronómico que ya va por largo. Lo curioso es que empezó en la playa —paellas, tapas, sangrías— y ha terminado en la despensa: aceites, jamones, mieles y conservas de autor. Los alemanes, metódicos y atentos al detalle, han encontrado en Made in Spain Gourmet algo más que una tienda online: un compañero de viaje que les lleva el sabor del Mediterráneo a casa, sin exageraciones ni clichés.

 

Cuando el AOVE se vuelve irresistiblemente dulce

Cuando el AOVE se vuelve irresistiblemente dulce

Porque si algo define al cliente alemán, es que no se le convence con humo. Lo suyo es la verdad del producto, la historia detrás, el porqué de cada textura y cada aroma. Quieren saber de dónde viene, quién lo elabora, cómo se cuida la tierra o el animal. Quieren autenticidad. Y en eso, España tiene mucho que contar.

Un país que confía en la calidad española

Alemania ama España —eso no es nuevo—. Las Baleares, Cataluña, Andalucía… son sus refugios emocionales. Pero durante años, muchos alemanes regresaban de vacaciones con una pequeña frustración: no podían seguir disfrutando de esos productos únicos en su día a día.
Made in Spain Gourmet vino a cambiar eso. A demostrar que el jamón de bellota, el aceite ecológico o las anchoas del Cantábrico no son souvenirs, sino cultura gastronómica viva.

Y aquí es donde el público alemán se ha convertido en protagonista de nuestra historia: exigente, informado, leal. Con ellos hemos aprendido que el lujo no está en el precio, sino en la coherencia.

Aceite de oliva virgen extra: el rey ecológico

Si el jamón despierta pasiones, el aceite levanta debates. El alemán medio que compra AOVE en Made in Spain Gourmet no se deja engañar por etiquetas vacías. Distingue entre un arbequino suave y un picual robusto. Y cuando prueba Lagar del Soto, Isbilya o Castillo de Canena Biodinámico, ya no vuelve atrás.
El formato preferido: la botella de 500 ml para disfrutar y la lata de 5L para cocinar.
Saben que España es el corazón del aceite mundial (aunque los italianos se lleven parte de la fama), y disfrutan enseñando a sus amigos que el oro líquido español no tiene rival.

Mieles españolas: oro dulce con alma

Pocos países valoran tanto la miel como Alemania. La consumen a diario, la estudian, la veneran. Por eso, cuando descubren las mieles de Alemany 1879, se sorprenden: el romero, el tomillo, el azahar o el castaño tienen matices que en Alemania no existen.
Nuestra apicultura, artesanal y sostenible, encaja perfectamente con su respeto por la naturaleza.
Las favoritas: miel de flores, miel con própolis y las monoflorales intensas.
Ellos lo dicen así: “En cada tarro español hay sol”.

 

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Jamón ibérico 100% raza: el despertar del paladar

El “low cost ibérico” había hecho mucho daño. Durante años, el consumidor alemán creyó que conocía el jamón español… hasta que probó el auténtico etiqueta negra.
En Made in Spain Gourmet nos escriben desde Hamburgo o Berlín preguntando: “¿Qué diferencia hay entre el 50% y el 100% ibérico?”. Y cuando descubren que en el segundo no hay cruce, que el cerdo vive libre y se alimenta de bellota, algo cambia.
Beher, Maldonado, Señorío de Montanera y Domecq son los más apreciados.
Prefieren el loncheado, práctico y elegante. Y curiosamente, eligen siempre jamón antes que paleta. Lo suyo es la pureza, sin complicaciones.

Quesos: la pasión por la oveja manchega

El queso manchego tiene club de fans en Alemania. Su textura, su intensidad y la historia de La Mancha despiertan algo romántico en ellos.
Les fascina probar curaciones distintas —de 3 a 24 meses— y acompañarlas con vino o cerveza artesanal.
Ojos del Guadiana, La Casota y Quesería 1605 son los preferidos.
Muchos alemanes nos cuentan que organizan catas en casa con amigos, donde el manchego comparte tabla con quesos alpinos o suizos. Y casi siempre… gana el manchego.

Conservas del mar: lujo en lata

Alemania tiene una larga tradición conservera, pero la española les resulta casi exótica: más sabor, más textura, más carácter.
Las anchoas (de Casa Santoña, Revilla, Agromar) son un flechazo inmediato.
Les siguen las ventrescas de bonito, el atún rojo Balfegó y las joyas gallegas como el centollo o las angulas.
Dicen que las nuestras son “conservas para descorchar vino”. Y no les falta razón.

Sal de Ibiza: el Mediterráneo en un tarro turquesa

Si hay una marca que simboliza el amor alemán por España, es Sal de Ibiza.
Esa estética limpia, ese color turquesa que recuerda al mar, ese toque chic que combina naturaleza y diseño.
Sus sales naturales y las chips gourmet son ya casi un icono en Berlín y Múnich.
Dicen que es “llevar un trozo de verano ibicenco a la mesa”. Y, sinceramente, lo es.

El cliente alemán: culto, curioso y con gusto

El cliente alemán de Made in Spain Gourmet no busca llenar la despensa, sino enriquecer su experiencia. Le gusta aprender, comparar, probar.
No teme pagar más si entiende por qué. Y su curiosidad es infinita: pregunta por la raza del cerdo, la altitud del olivar o el tipo de madera usada en la curación del queso.
Nos reta. Nos inspira. Y, sobre todo, nos obliga a estar a la altura de lo que representamos: la excelencia española.

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Compartir, no competir

Trabajar con Alemania nos ha recordado algo esencial: el lujo no es exclusivo, es compartido.
Ellos valoran el origen, la honestidad, la coherencia. Y nosotros, en Made in Spain Gourmet, creemos exactamente en eso.
Porque al final, lo que une a nuestros clientes no es solo el paladar. Es una forma de entender la vida: la de quienes prefieren lo auténtico a lo aparente.

Made in Spain Gourmet. Calidad, carácter y alma.
También, para los que saben disfrutar sin prisa.

Israel Romero, CEO de Made in Spain Gourmet

AUTOR: Israel Romero, CEO de Made in Spain Gourmet.