A Pita Traste, vino blanco, vegano, Lagar de Sabaríz

Descripción

Bodega:  Lagar de Sabaríz

D.O.: Sin D.O. (Sabariz, Ourense)

Añada: 2016

Variedad: Viogner y Raposa.

Grado: 12,5 % vol.

Nota de cata:  Un blanco aromático, equilibrado y con un punto final salino.

 Temperatura de servicio: 10-12º C

Cosecha: Seguramente la única Viognier plantada en Galicia, de una agricultura biodinámica, en un suelos graníticos. Plantación es del año 2007. Las 816 uvas que se dejaron la piel para dar vida a esta botella fueron vendimiadas en día de flor de octubre de 2016 y embotelladas en la capilla del Pazo de Sabaríz en el año 2018.

Elaboración: Vendimia de manera manual, haciendo la selección de las mejores uvas sobre el terreno, solo por la mañana, para que entre fresca y en su justa temperatura en la bodega.

Fermentación espontanea, 1 mes sobre lías gruesas 2 años sobre lías finas. No se filtra, ni clarifica, ni estabiliza, se le añade una mínima cantidad de azufre de mina 10 días antes del embotellado. En esta añada se produjeron 800 botellas.

Maridaje: en Made in Spain Gourmet lo recomendamos con comida oriental japonesa, pescados y mariscos, carnes blancas, aves, sopas, cremas, verduras. También con quesos semicurados y curados de oveja.

A Pita Traste, vino premium Made in Galicia

Sus viñedos están situados a 500 m de altitud, y a 300 m del río Miño cerca de un poblado celta, Lansbricae, que data del Siglo II AC, hasta su romanización. Al parecer, ya entonces, se enviaba vino a Roma, nos cuentan los restos de ánforas encontrados.

Les rodea un circo de montañas que abrigan nuestras viñas en invierno, el clima es oceánico-mediterráneo, con temperaturas medias anuales de 14ºC y precipitaciones que superan los 1.000 mm anuales, con veranos cálidos, habitualmente secos.

Su suelo, se compone de formaciones poco evolucionadas y asentadas sobre rocas madre de gran dureza, constituidas básicamente por antiquísimos materiales graníticos procedentes del periodo hercínico y grandes cantidades de cuarzo.

Estamos hablando de una peculiar "viticultura del granito", asentada sobre suelo ácido, suelto y bien oxigenado, que dan lugar a un vino fresco, con aroma a azahar, acacia, flores de vid, ciruela Claudia y albaricoque con recuerdos cítricos y plantas aromáticas, amplio, elegante, peculiar y complejo.

En esta finca se sabe de su cultivo, por documentos, que nos llevan al siglo XVI época de la que data la casa y construcciones cercanas.

Cultivan de forma orgánica, biodinámica, para lograr el equilibrio de este organismo vivo, tratan las cepas con infusiones de hierbas, del propio terreno y de forma homeopática, sus suelos son pobres pero muy vivos, el rendimiento es escaso. En la búsqueda de la biodiversidad, el viñedo, está rodeado de lavandas, mentas, romero, ciruelos, melocotoneros y rosas, que la fauna auxiliar agradece.

La huella de carbono es casi inapreciable. Trabajamos como lo hacían sus abuelos, con el alma, en la creencia de que el buen vino, está en la viña, nuestra tierra nos reconcilia con el mundo.

Vendimian en el momento óptimo de maduración, a mano, en día de fruta, haciendo la selección de las mejores uvas en el terreno, solo por la mañana, para que entre fresca en la bodega.

En bodega son meros observadores de un proceso natural, dejando que la naturaleza se exprese, no necesitan reparar errores del trabajo en la viña, los procesos de vida presentes en cada una de sus uvas, permiten a al zumo, volverse vino por sí solo, nosotros, solo exaltamos la calidad de la vendimia.

Elaboran el vino desde el viñedo y actuando con sutileza, entregamos al vino, la personalidad de la tierra que lo alberga.