Marcellino – Cremoso vegano ahumado, Veggie Karma

Descripción

Marcellino – Cremoso Vegano Ahumado Veggie Karma

El Cremoso Vegano Ahumado de Karmage es un producto innovador y ecológico, elaborado a base de bebida de soja orgánica fermentada. Diseñado para quienes no consumen queso por convicción o necesidad, ofrece una textura suave y cremosa similar a la ricotta italiana, el requesón español o la faisselle francesa, pero con una personalidad propia.

Su sabor es ligeramente ahumado y aromático, gracias al toque fresco de albahaca y cebollino, lo que lo convierte en un alimento vegetal gourmet y versátil en la cocina.

Ingredientes

• Bebida de soja* (96%), vinagre de manzana*, sal marina, cebollino* (0,2%), albahaca* (0,2%), aceite de oliva extra virgen*.*procedente de la agricultura ecológica• Apto para: intolerantes a la lactosa, vegetarianos, veganos, celíacos

Características

• Producto 100% vegano y vegetal

• Certificado ecológico

• Textura cremosa, ideal para untar y cocinar

• Sabor fresco, aromático y ligeramente ahumado

• Formato: 250 g

Usos culinarios

Perfecto para:

• Untar en pan artesanal, tostas o crackers

• Incorporar en ensaladas frescas de temporada

• Rellenar pasta (raviolis, canelones, lasañas)

• Gratinar con verduras o platos al horno

• Acompañar como base en tapas y aperitivos gourmet

Maridajes Made in Spain Gourmet

• Vinos blancos jóvenes y frescos (Albariño, Verdejo, Sauvignon Blanc)

• Vinos tintos ligeros (Pinot Noir, Garnacha joven)

• Cervezas artesanas suaves de trigo o lager

• Panes integrales, de masa madre o ligeramente tostados

• Acompañado de encurtidos suaves o frutos secos

Conservación

• Mantener refrigerado entre 2 ºC y 6 ºC

• Una vez abierto, consumir en un plazo de 5 a 7 días

• No congelar para preservar su textura cremosa

• Caducidad sin abrir: 90 días siembre refrigerado.Saca tu Semicurado del envase y consérvalo dentro de tu nevera en un táper, recipiente, plato o en su caja de cartón. Se recomienda guardarlo sin taparlo (caja abierta) para que “respire” y pueda seguir su proceso de curación. De este modo, se potenciará su sabor con el tiempo y se pondrá más y más seco.Además, para que se liberen sus aromas, te recomendamos sacarlo 5 minutos de la nevera antes de degustar.*usa tus sentidos para saber si tu queso sigue bueno. Al ser un producto vivo fermentado, aguantara mucho tiempo si sigues nuestros consejos de conservación.

  Contiene soja. Puede contener trazas de frutos secos (dependiendo del obrador).La base de esta especialidad cremosa vegana ahumada es la bebida de soja ecológica, una legumbre de muy alta calidad y contenido proteico, que además presenta todos los aminoácidos esenciales (aminograma completo).
  El contenido en calcio es muy alto gracias al tofu.

  Ah si, me iba a olvidar… Marcellino es muy versátil, con un trozo de pan, en canelones, lasañas, ensaladas…

   

•  LOS MITOS ALIMENTARIOS: LA SOJA:La soja contiene los nueve aminoácidos esenciales para el organismo.Es por tanto una buena fuente de proteína vegetal, de vitaminas y de minerales cruciales para reducir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas.

  La soja, mejor al natural

  Ahora bien, esto sólo se puede afirmar cuando lo que se toma es soja en sus formas naturales, como edamame, que son las habas, o productos elaborados con éstas, como tofu o miso. Estos no contienen azúcar añadido, ni grasas, sodio o conservantes.

  ¿Porque dicen que no hay que consumirla?

  Uno de los componentes de la soja, las isoflavonas, similares a los estrógenos, es de lo que más controversia ha creado. En los primeros estudios científicos se relacionaban con el crecimiento de células cancerígenas, y también se creía que afectaban a la fertilidad femenina e interferían en la función de las tiroides.

  Las conclusiones han ido cambiando a lo largo de las últimas décadas y una de las investigaciones más serias es la publicada el año pasado en la revista estadounidense Cancer. Determinaba que esta legumbre de origen asiático no representa un riesgo de desarrollar cáncer de mama. Por el contrario, puede relacionarse con un riesgo menor de morir según el estudio, realizado a lo largo de nueve años, desde 1995 a 2005